MARÍA TERESA DE VEGA 

(San Cristóbal de La Laguna)

En la Universidad de La Laguna se licenció en Filología Románica. A su formación, también contribuyeron unos años cursados en la Escuela de Bellas Artes y las muchas lecturas Ha sido profesora de Lengua Española y Literatura en centros de enseñanza de Tenerife y Madrid. 

 

Tiene publicados cuatro poemarios, Perdonen que hoy no esté jovial (2001), Cerca de lo lejano (2006), Mar cifrado (2009), y Necesidad de Orfeo (2015); tres libros de relatos, Perdidos en las redes (2000), Sociedad sapiens (2005) y Cuentos excéntricos (2919) y cuatro novelas, Niebla solar (2009), Merodeadores de orilla (2012), Divisa de las hojas (2014) y El doble oscuro (2018).

 

Ha participado en varias antologías de poesía y en un libro solidario de microrrelatos. También ha contribuido en la revista digital Dragaria con un par de artículos de crítica literaria. Otros han salido en el suplemento cultural de La Opinión de Tenerife.

|  POESÍAS  |

MARÍA TERESA DE VEGA 

(San Cristóbal de La Laguna)

En la Universidad de La Laguna se licenció en Filología Románica. A su formación, también contribuyeron unos años cursados en la Escuela de Bellas Artes y las muchas lecturas Ha sido profesora de Lengua Española y Literatura en centros de enseñanza de Tenerife y Madrid. 

Tiene publicados cuatro poemarios, Perdonen que hoy no esté jovial (2001), Cerca de lo lejano (2006), Mar cifrado (2009), y Necesidad de Orfeo (2015); tres libros de relatos, Perdidos en las redes (2000), Sociedad sapiens (2005) y Cuentos excéntricos (2919) y cuatro novelas, Niebla solar (2009), Merodeadores de orilla (2012), Divisa de las hojas (2014) y El doble oscuro (2018).

Ha participado en varias antologías de poesía y en un libro solidario de microrrelatos. También ha contribuido en la revista digital Dragaria con un par de artículos de crítica literaria. Otros han salido en el suplemento cultural de La Opinión de Tenerife.

|  POESÍAS  |

Después

 

No importa tu calzado

fatigoso será el camino.

Los ojos encandilados por

la luz, que es luz que esconde 

el futuro abandono,

y en el  reloj, de hora en hora,

criándose el olvido.

 

Moriré en las islas con el viento,

perderé el mar en hecatombe pudorosa,

no veré cómo la sal orilla el cuerpo

de la arena,

se me hará tarde para soñar,

polvo, hecha polvo

en la bárbara siega.

Siempre abajo lo que estuvo arriba.

 

Alrededor

 

Llámame,

quien quiera que seas,

desde el fondo del Tiempo

que llega con su espada,

con su sangre,

con la codiciosa araña que teje

sus coartadas,

llámanos a la misericordia,

al bode del pantano,

aviva en nosotros la memoria

de los que se hunden en su cieno.

Después

 

No importa tu calzado

fatigoso será el camino.

Los ojos encandilados por

la luz, que es luz que esconde 

el futuro abandono,

y en el  reloj, de hora en hora,

criándose el olvido.

 

Moriré en las islas con el viento,

perderé el mar en hecatombe pudorosa,

no veré cómo la sal orilla el cuerpo

de la arena,

se me hará tarde para soñar,

polvo, hecha polvo

en la bárbara siega.

Siempre abajo lo que estuvo arriba.

 

Alrededor

 

Llámame,

quien quiera que seas,

desde el fondo del Tiempo

que llega con su espada,

con su sangre,

con la codiciosa araña que teje

sus coartadas,

llámanos a la misericordia,

al bode del pantano,

aviva en nosotros la memoria

de los que se hunden en su cieno.